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Agradecemos su traducción a Ricardo Bernotas
En un número precedente de esta revista (1) llamamos la atención acerca de muchas inverosimilitudes o dificultades que vician la versión oficial de los acontecimientos del 11 de septiembre. ¿Cómo, una hora después que las dos torres del World Trade Center fueron abatidas, otras dos aeronaves lograron desviarse de su plan de vuelo para amenazar a Washington sin ser abatidas?
¿Cómo el espacio aéreo norteamericano puede quedar abierto en esas circunstancias dramáticas? ¿Por qué la defensa antiaérea del Pentágono no fue utilizada? ¿Por qué se ignoraron las advertencias de los servicios secretos franceses? ¿Por qué los terroristas no emplearon armas bacteriológicas, de simple fabricación, que pudieron provocar millones de muertos? Agreguemos que, inmediatamente después de los dos primeros atentados y antes de que el Pentágono fuera atacado, dos cazas norteamericanos patrullaban el cielo de Nueva York (2). Por lo mismo, ellos no recibieron nunca orden de interceptar la aeronave desviada que se dirigía hacia Washington la que, por otra parte, fue dejada sin protección.
La falta de preparación de los servicios norteamericanos resalta, igualmente, el cuento mediático. Ya hemos señalado que en 1998, un artículo de Foreing Affaire (3), revista del CFR (4), mencionaba en su primer párrafo la novela de Tom Clancy dedicada a la destrucción del Capitolio por una aeronave. Desde 1994, es sabido que los piratas del aire que desviaron un Airbus sobre Marsella, pretendían proyectarlo contra la torre Eiffel. En 1995, los servicios filipinos arrestaron a un terrorista de la red de Bin Laden que tenía la misión de asesinar al Papa durante su viaje a Manila. Torturado, reveló la totalidad del plan que consistía en asesinar al Papa y proyectar once aviones sobre el World Trade Center, el cuartel general de la CIA, el Pentágono y la Sears Tower de Chicago (la más grande torre del mundo), etc. Naturalmente, los servicios filipinos avisaron a sus colegas norteamericanos. Desde 1996 el FBI acumuló pruebas de la frecuentación de escuelas de pilotaje por los terroristas. El 15 de agosto de 2001, una escuela de pilotos informó al FBI el caso curioso de Zacarías Moussaoui. Por entonces tomaba clases bajo cobertura, no mostrando interés por la fase de vuelo, pero sí por las fases más sensibles de aterrizaje y decolaje. El FBI frenó la investigación de sus agentes (5).
El doble juego con el enemigo es tradicional en la política y la diplomacia norteamericana, tradición dialéctica, hegeliana y masónica. Los atentados contra el World Trade Center de 1993 y el de Oklahoma City fueron anunciados al FBI por dos informantes, Ahmed Salen y Carol Howe. Nada se hizo para impedirlos. Es conocido el sinuoso juego de los norteamericanos con los revolucionarios bolcheviques y la URSS, apoyados codo a codo; el financiamiento de los nazis por las bancas norteamericanas; la felonía de Pearl Harbor; la complacencia norteamericana hacia Stalin cuando la liberación de Europa y la conferencia de Yalta; las guerras sin vencedores ni vencidos, impuesta al Estado Mayor norteamericano durante las guerras de Corea y de Vietnam.
La dialéctica revolucionaria y masónica
exige la creación de un enemigo cuando no existe. Eso, únicamente, permite destruir las antiguas estructuras, acelerar la historia, torcer los acontecimientos en la dirección buscada, superar la tesis pera llegar a la síntesis.
El terrorismo islámico, si se lo considera con atención, pareciera ser una creación norteamericana. “El hombre más temido por los EE.UU. largo tiempo entrenado en la CIA..." titulaba recientemente Le Monde (6). También se sabe que el Mollah Omar y Ben Laden fueron financiados por la CIA. En 1996, un atentado atribuido a Ben Laden destruyó una base norteamericana en Arabia Saudita. Fue reconstruida por el grupo Ben Laden. Bosnia y Kosovo, creaciones norteamericanas, financian y protegen células terroristas ligadas a las redes de Ben Laden. En fin, la UCK (7) es adiestrada, directamente o no, por los servicios norteamericanos e ingleses. Con semejantes enemigos, apenas se necesitan amigos...
Las ventajas políticas y económicas que los mundialistas obtienen de los atentados del 11 de septiembre pueden parecer demasiado sabidas para que resulte necesario insistir sobre ellas. Sin embargo, los diversos análisis propuestos, cualquiera sea su origen, se sitúan generalmente en un cuadro nacional, evaluando las ventajas que los EE.UU. pueden extraer de los últimos desarrollos internacionales en detrimento de los restantes países. Obviamente no hay que desdeñar semejante posibilidad ya que el interés propio siempre es un poderoso resorte de acción. Empero, en estos tiempos de convergencia EsteOeste (OccidenteOriente), de mundialismo eufórico, la situación internacional responde a móviles superiores – políticos- incluso espirituales.
Una tesis muy difundida quiere que los EE.UU. sean los principales, o hasta loe únicos beneficiarios de los trastornos geopolíticos en curso. Este hilo discursivo se resiente con la pasividad de Rusia y de China que podrían vetar las resoluciones de la ONU. Algunos
mísiles sueloaire, pasados clandestinamente, habrían modificado radicalmente el curso de las operaciones militares. Los misiles norteamericanos Stinger impidieron a los soviéticos obtener la supremacía aérea, constriñéndolos a las operaciones terrestres en las cuales la operatividad del Ejército Rojo fue opaca.
Es conveniente tener registrado que ni China ni Rusia se han querido oponer a la operación norteamericana; y esto, a pesar de las cuantiosas ventajas reales que los EE.UU. adquieren por las operaciones en curso: ventajas estratégicas, con la instalación de bases norteamericanas en Asia central, a las puertas de Rusia y China; ventajas económicas, con el control del petróleo en la región, sumado al control ya ejercido sobre los recursos del Golfo.
¿Cuáles son los beneficios comparables, o superiores, que Rusia y China reciben con la caída del régimen Talibán? Es aquí, nos parece, donde conviene recordar los avances gigantescos de la ONU en estos últimos meses: integración, siempre acrimoniosa, de las fuerzas armadas nacionales en el seno de una fuerza multinacional de ocupación de Afganistán; cooperación financiera intensificada, con creciente presión sobre los centros "off shore"; cooperación policial y judicial legitimizada. Y no puede pretenderse, en ninguno de estos dominios, que los EE.UU. instrumentalicen a la ONU...
Pese a toda su importancia, los progresos revolucionarios precedente, a nuestro entender, no constituyen mas que simples "beneficios colaterales", no dando para más que una rápida referencia en este artículo. Los valores reales en juego están en otra parte, en ese choque de civilizaciones descrito por Huntington, en la política religiosa y cultural de las instituciones internacionales.
Uso político de la religión
La revolución cultural promovida por las instituciones internacionales con la complicidad de las principales potencias, se articula alrededor de una ética global y de una espiritualidad global.
La ética global está en vías de definición, aunque ya la tenemos parcialmente impuesta, conforme a la praxis revolucionaria. Incluye la lucha contra la corrupción, contra el blanqueo de “dinero negro” o “sucio”, y contra la pedofilia... Se trata de la lucha contra la corrupción que se opone a los directivos de los centros superiores de poder; contra el blanqueo del dinero sucio sustraído al control mundialista. La lucha contra la pedofilia y para el respeto a los “derechos de la niñez”, exacerba la "zanja de generaciones'' en provecho de una sociedad estatizada, enteramente encargada de la educación intelectual y espiritual de las nuevas generaciones.
“Artículo 14 Libertad de pensamiento, de conciencia y de religión.”
“El Estado respeta el derecho del niño a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, siempre respetando el rol de guía desempeñado para los niños”. (8).
La espiritualidad global que elaboran las organizaciones internacionales consistirá principalmente en una adaptación del paganismo no a la mentalidad y a la situación políticoreligiosa actual una exteriorización del esoterismo masónico. Se apoyará en una concepción holística del mundo: del gran Todo, en el cual cada elemento no puede ser disociado más que de un modo ilusorio, ni siquiera para la misma salud individual. E1 ecumenismo en su versión laxa, no es más que la traducción religiosa de ésta concepción pagana del mundo. En este proyecto hay naturalmente elementos gnósticos, esotéricos y anticristianos que no han cesado de luchar contra la Iglesia desde su creación.
Forzoso es constatar que hoy sólo algunos fundamentalismos se oponen a este proyecto prometeico y que únicamente el integrismo musulmán puede crear un obstáculo. A lo que se suma la cuestión del Estado hebreo y de Jerusalén, situando así al fundamentalismo musulmán en el corazón de las preocupaciones mundialistas.
Es aquí donde se anudan los análisis concernientes al choque de civilizaciones. Huntington afirma que tras la desaparición de la URSS, los choques culturales serán el motor de la historia. No falta quien ironiza sobré este análisis, haciéndose eco del discurso mundialista que prohíja la interacción creciente entre religiones y civilizaciones (9), que permitirá
"desconstruir los antagonismos" (10). Lo cual es desconocer la problemática real que inspira la reflexión de Huntington. Siendo inevitables (ineluctables) la interacción y el choque de civilizaciones, ¿cómo reducirlas o explotarlas para desconstruir los antagonismos e imponer la espiritualidad global? (11).
La estrategia adoptada se articula alrededor de tres fases:
Deslegitimizar a los oponentes
Después, destruirlos
Mientras tanto se incrementan loa trabajos sincretistas.
La deslegitimación de un oponente o de una institución, es una etapa esencial hacia su destrucción. Tal es, por otra parte, el objeto de las guerrillas, guerrillas, objetivo hacia el cual tienden todos sus esfuerzos. Los afganos resistieron diez años al Ejército Rojo; el poder Talibán,
deslegitimizado, se hundirá en un mes. Según parece, el principal resultado de los recientes acontecimientos sería la deslegitimación del fundamentalismo musulmán y, además, de toda visión religiosa "separativa", opuesta a la visión holística.
La afirmación de una verdad revelada única, excluyente de toda otra, podrá en adelante ser asimilada a un discurso de odio, abriendo las puertas al integrismo y al terrorismo. Mediáticamente, tal es el alcance dado a la noción de dogma. Así se nos puede asegurar que el Islam, sin dogmas en su adscripción mundialista, es tolerante; mientras que el islamismo dogmático debe ser destruido por las bombas norteamericanas.
Parece, por lo demás, inexacto invocar una política estrictamente norteamericana. Si los EE.UU. se benefician considerablemente con esta política, reciben también un odio tenaz, parejamente participado por casi todos los pueblos del mundo. Su hegemonía reposa sobre una base frágil, hecha de temor y envidia, y no sobre su ascendiente moral o su influencia espiritual los que sólo podrían asegurar su perennidad. Pero en cambio, la ONU siempre sale airosa de las intervenciones norteamericanas, apareciendo como desligada de las bajas maniobras de su brazo armado. Que lo digan las intervenciones en Yugoslavia, Irak o Afganistán. Hemos visto, también, que en materia religiosa el interés de los EE.UU. y de Israel coinciden igualmente con el de la ONU.
La instrumentalización del Islam por los EE.UU. deriva del mismo análisis. Parece insuficiente señalar, muy justamente por otra parte, que los EE.UU. utilizan el fundamentalismo islámico para debilitar a Europa. ¿Se refleja bastante en la situación norteamericana, en la cual fenómenos similares están en curso: inmigración (musulmana entre otras) masiva, en desmedro de la población europea? La balcanización europea corresponde a la de los EE.UU. consentida por sus dirigentes. El interés nacional no explica algunas políticas suicidas, de las cuales sólo la perspectiva mundialista puede ser la explicación. De modo que la política mundialista norteamericana sirve principalmente a los intereses de la ONU y accesoriamente a los de los EE.UU. ¿Cómo sorprenderse entonces que ese país, como tantos otros, el nuestro incluido, esté en manos de una camarilla mundialista?
Consubstanciales a la democracia, la manipulación y la mentira son hoy día las principales herramientas de gobierno. Habiendo renunciado, desde la desaparición de la URSS, al uso de la coerción, nuestros gobernantes no tienen otros medios para conducir a los pueblos a sus designios. No podremos restablecer la verdad sin poseer los propios medios de comunicación y sin disponer de los recursos financieros garantizando su libertad.
Pascal Bernardin
Notas
(1) Lectures Françaises, Oct 01, p 7.
(2) Le Monde, 19 Oct. 01, p 16.
(3) Catastrophic Terrorisn, Foreign Affairs, NovDic 1998, p 80.
(4) Nota del Director de PA: Council on Foreign Relations o Consejo de Relaciones Internacionales.
(5) The New Ámerican, Vol. 17, Nº 23, Nov 5, 2001, p 30.
(6) Le_Mondé, 15 Sept 01, p 4.
(7) UCK: "Kosovo Liberation Army" (Ejército de Liberación de Kosovo).
(8) Convención de las Naciones Unida sobre los Derechos del Niño.
(9) Forum internacional "Cultura y Religión en Asia Central", Bishkek, Kyrgyz Republic, 13/18 Sep. 1999, Declaration, Unesco, París.
(10) Conferencia Internacional sobre el Diálogo Interreligioso, Tashkent, Uzbekistan, 14/16 Sep. 2000, Final Report, Unesco, Paris.
(11) The clash of civilizations? Samuel P. Huntington, A Foreign Affaire Reader, New York, 1993.
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